El tener un bebé es el momento más maravilloso y feliz de tu vida, pero tras la alegría que nos invade las primeras horas, es muy común sentir un sentimiento de tristeza y apatía, irritabilidad, cambios de humor y unas ganas inmensas de llorar.
No te preocupes por esto, no significa que seas una mala madre, este sentimiento es más común de lo que nos pensamos, afecta casi al 75% de las madres y se denomina baby blues. Suele aparecer los primeros días de postparto y puede tener una duración de dos semanas aproximadamente.
¿Por qué me siento triste?
No debes preocuparte es un estado muy habitual fruto de la unión entre los cambios hormonales experimentados y los cambios emocionales. Estás comenzando una nueva etapa y te sientes preocupada por tu rol como madre y sobre cómo vas a adaptarte a esta nueva rutina y a este nuevo cambio de costumbres. Los primeros días de tener a tu bebé en casa son un constante cúmulo de incertidumbres y preocupaciones: ¿lo estaré haciendo bien?, ¿qué quiere mi bebé cuando llora?, ¿por qué no sube de peso?… muchas cuestiones que nos aparecen en este momento y que hasta entonces eran desconocidas. Todo esto hace que te encuentres en un estado de constante preocupación e irritabilidad.
A parte de estos cambios emocionales son influyentes, el principal causante de la tristeza postparto son los cambios hormonales. El desajuste hormonal que se produce después del parto también nos afecta anímicamente, la bajada de estrógenos y progestágenos y la subida de oxitocina y prolactina, modifican tu cuerpo para que puedas amamantar a tu bebé, pero en contrapartida, afectan a tu mente. Los cambios físicos también son un causantes: la pérdida de sangre, el dolor de los pechos fruto de la subida de la leche, molestas de la cesária… se unen como un coctel peligroso que acaba explotando en forma de llanto.
¿Cómo intento remediarlo?
Es muy importante que no te lo calles para ti, busca el apoyo de tu compañero o de una persona de confianza a la que puedas expresarle tus sentimientos.
Busca ayuda en las tareas domésticas y dedícate más a tu bebé, así no te sentirás sobrecargada de responsabilidades.
Sabemos que en este momento tu bebé es lo primero, pero tú también eres importante y te mereces cuidados. Busca un tiempo, aunque sean unos minutos para ti, descansar, leer un libro, escuchar música, dar un paseo…
Tómatelo con calma, los agobios no sirven para nada. Si un día no te da tiempo de hacer todo lo que tienes en mente, déjalo para el día siguiente. No intentes llevarlo todo tú, busca ayuda siempre que lo necesites, no te cargues con todo el peso de las responsabilidades y por supuesto sé paciente.